Paréntesis
Amanecer ama despertar, sus mañanas consisten en sonreír, correr a saludarse y confiar que el mejor de los escenarios está por suceder.
Un día, la normalidad desapareció sin dejar rastro. Ama, aunque sabía que estaba en su cuerpo, pues podía controlarlo, veía su estómago y podía acariciar sus manos, no lograba encontrar su sonrisa y conectar con su mirada.
Su realidad representaba un reto antes impensable, pues no era tan simple como llamar a un reparador de reflejos, ésta figura de existir, dada su complejidad, tendría un costo, que seguramente Ama no podría pagar.
Amanecer era consciente de que se encontraba en el más singular de los desafíos y viéndolo con una pizca de ambición, todo se reducía a una oportunidad para vencer. Su primera idea estratégica fue tratar de engañar a la persona en el espejo, buscando que este le acabará mostrando la salida.
Holaaaa, puedes oírme?, soy Amanecer. Ello, sonrió amablemente, pero no pronunció palabra alguna. Amanecer pensó que podría no oír o simplemente era alguien tímido, su mundo también pudo haber sufrido un giro inesperado.
Como la idea de Ama era ganarse la confianza de Ello, hizo una larga lista de cosas que lo pudieran hacer reír, pero Ello se resistía, no mostraba más allá de esa simétrica sonrisa, que había pasado de ser amable a robótica, insoportable y hasta falsa. La frustración estaba bloqueando el ingenio de Ama, y desviando su foco.
De la nada, llegó Llena, la cabra color miel más amorosa del mundo. La energía de Ama creció súbitamente, todo su cuerpo palpitaba con fuerza, no podía ser un momento más conmovedor, el poder acariciar, sentir el reconocimiento y amor de su querida amiga, aún en la más extraña de las situaciones, significaba todo para Amanecer.
Tiempo después, se percibió un delgado e intermitente sollozo en el ambiente, Llena instintivamente corrió a saltitos hacía el espejo. Ama, había se había distraído tanto compartiendo con Llena, que había olvidado el misterio en su habitación.
Ello estaba cabizbajo, abrazando sus rodillas y ahogado en llanto. Amanecer, ahora con una actitud indulgente había dado vuelta a sus prioridades, su principal preocupación e interés ahora, era el bienestar de su, al final de todo, compañero.
Ama pensó, según lo que había estado experimentando que, tal vez, ello se sentía solo y aunque quería, no lograba verbalizar y comunicarse. Entones, Amanecer se sentó frente a Ello, lo abrazó y empezó a cantarle, cosa que antes no se había atrevido ni visto en la necesidad de hacer frente a alguien más, así, ello se tranquilizaría o caería en una siesta.
Al cabo de tres canciones, ello estaba dormido. Ama, mientras tanto, recordó y reflexionó sobre todo lo sucedido, sentía que entendía un poco a Ello y que se equivocó en verlo como su contrario, cuando tal vez podría ser su nuevo amigo, y para Ello, Ama su única familia.
Amanecer, le preguntó a Llena que pensaba sobre la idea de tener dos manos más que la consintieran, ella, feliz, saltaba y batía su cola en todas las direcciones, claramente fue un sí departe de Llena.
Ama al ver la felicidad en su pequeña amiga de cuatro patas, le hizo mucha ilusión el integrar a Ello a sus vidas, a parte, Ello venía de otro lugar, seguro tenía otras habilidades y trucos que podría enseñarles y a cambio Amanecer le brindaría protección y cuántas canciones hicieran falta.
Jjrrr…shss, Jjrrr…shss, Ello despertó súbitamente y miro con miedo alrededor, Amanecer se quedó mirándolo con sus brazos elevados y palmas abiertas, indicándole que no estaba en peligro. Al cabo de unos segundos, ambos empezaron a reírse descontroladamente, Amanecer al fin escuchó la voz de Ello y Ello, pudo bajar la guardia y divertirse con Ama.
En medio de tan asaz armonía, Ama se acercó a Llena y le dijo al oído que era momento de compartir sus planes con Ello, pero, cuando volvió la mirada al espejo, Ello se estaba desvaneciendo en dirección al cielo.
Amanecer no entendía nada, Ello ni siquiera parecía triste, es como si estuviera preparado para irse, mientras Ama esperaba vivir por más difícil que pudiera llegar a ser, un extenso horizonte de tiempo junto a Ello. Sin embargo, Ama sacudió su mano y se despidió con una sonrisa, mientras Llena le daba consuelo, acariciando sus rodillas.
Fue así, cuando de pronto Amanecer miró al espejo y logró verse. En confusión, pero a la vez con la tranquilidad de que todo volvía a la normalidad, Ama sólo pensaba en presumirle a todos acerca de su peculiar amigo de otra dimensión.
A partir de esa noche, Amanecer se sintió con más seguridad de afrontar lo que trajera el mañana, sabiendo que, puede hacer amigos en cualquier lugar y; el no reconocerse en el espejo sólo significa el inicio de una nueva aventura.
Ama descubrió que su inspiración venía del misterio, y su motivación se centraba en ayudar y ser esperanza para otros; es así, como al final del día, Amanecer siempre está feliz, porque no hay nada más emocionante y misterioso que el mañana el mañana.
Por Asly Onayith Moreno Peña
"Ayudar y ser esperanza para otros."
ResponderEliminarGracias por leer :)
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