Escribir y ya

¿Por qué o por quién escribo? ¿Escribo para vivir o vivo para escribir? No lo sé. Solo sé que disfruto cada letra que se traza en mi nombre. Escribo por placer. Por amor al arte. Amo escribir y puedo vivir y morir por mi escritura.

Para mí, vivir es escribir y escribir es vivir. Creando mundos inimaginables y mostrando la realidad a mi manera, con la fantasía que quiera. Renaciendo en cada pasaje de mis cuentos, como un fénix inmortal, que se levanta una y otra vez más fuerte. Soy un cambia formas que se transmuta a través de las llamas de las letras, entregando una parte de mi alma y un poco de mi vida. Muriendo un poco, para mejorar lo que queda por dar. Jugando entre la vida y la muerte. Amando tiernamente el paso de mi mente por las comas y los puntos, las oraciones y las páginas que convergen en la creación y la destrucción que se arman, abriendo paso a relatos cargados de racionalidad y sentimentalismo conviviendo en un solo ser, en el interior de quien mejor conozco y aun así no he llegado a conocer del todo. Soy un extraño conocido con matices tan diversos. Soy el autor y el actor de mi vida y de mi mundo. Ese mundo en el que soy capaz de morir, nacer, vivir y renacer a través de uno o todos mis personajes. Dejo mi esencia en la historia misma, en el universo que fue hecho por mí, mediante vivencias propias. Contando mi vida por medio de las historias de todos y cada uno de los seres que creo y doy fuerza con mi corazón y mis palabras, componiendo miles de esos universos, para vivirlos y ser feliz. Pues, soy feliz siendo un escritor y dando lo mejor para componer obras como este mismo texto o muchas otras que se generan cuando el silencio, el tic tac y mi corazón palpitante son una sola voz que clama a gritos que desparrame todo mi yo. Todas esas ideas que se pasean al igual que una estrella fugaz por el firmamento, formando todo tipo de constelaciones de hechos crónicos y anacrónicos, donde ángeles y demonios, gigantes y humanos, románticos y locos, salen de su cueva y ven un nuevo amanecer en una tierra virgen por explorar y en la que nacen infinidad de viajes por contar. Sobre paseos, caminatas y recuerdos de esos besos a la chica que siempre me gustó o el desierto de mi primer corazón roto. Hechos donde el amor y el desamor se mezclan a la par de todas las contradicciones de la realidad y la imaginación, que me brindan tantas aventuras para representar y continuar. Sin parar de expresar, ni dejar de sentir. Quiero vivir. Quiero escribir. Escribir nada más. Escribir y ya.

Por William Junior Henao Loaiza


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